Ya hemos hablado en otros artículos de los cambios físicos que se producen durante la época de la adolescencia, cambios que pueden ser de 20 cm. en las chicas y de hasta 15 cm. por año en los chicos.
Con estos cambios de tamaño de la pubertad no es difícil interpretar que los requisitos alimenticios de los jóvenes cambiarán y que necesitarán de unos aportes específicos para crecer sanos. Éstos los conoceremos en las siguientes líneas. Las necesidades más importantes se dan sobre todo en los aportes de hierro y calcio.
El tipo de alimentación de un adolescente permanece más o menos igual a la que tenía en la niñez, pero aumentando principalmente las cantidades. No obstante, también debe incrementarse el consumo privilegiado de ciertos alimentos. Pero como decimos, debemos preservar la alimentación de calidad, variada y en cantidades adaptadas que tenía cuando eran niños.
Uno de las deficiencias que suelen aparecer en la adolescencia en las chicas se refiere a la cantidad de hierro en el organismo. Esto se debe principalmente a las primeras pérdidas propias de la regla. Esta deficiencia puede acarrear anemias y fatigas, y para prevenir estos problemas nada mejor que aumentar el consumo de carnes, pescados o huevos una o dos veces al día.
El calcio y la vitamina D son indispensables en el crecimiento del adolescente. Una falta de calcio puede provocar debilitamiento en los huesos y, en los casos más extremos, incluso la aparición de osteoporosis precoz. La labor de la vitamina C es la de favorecer la buena utilización del calcio por el cuerpo.
La acción de estos dos compuestos es importantísima porque el desarrollo del esqueleto se da en estos años, por lo que un error puede tener graves consecuencias en el futuro del individuo.
Igualmente las necesidades en calorías, proteínas, vitaminas y minerales aumentan durante toda la pubertad, por lo que debes controlar que su alimentación le aporte todas estas necesidades que requiere.