El consumo de alcohol entre los adolescentes aumenta cada año que pasa. Poco a poco ha tendido a normalizarse esta práctica, pero realmente no debería ser así porque la salud de los chavales se puede ver muy resentida, sobre todo si no se bebe con moderación.
Para evitar estos problemas con el alcohol e intentar que su consumo no repercuta en su desarrollo, a continuación veremos una serie de claves para conseguirlo. Mostraremos como hablar con ellos, como establecer unos límites, etc.
Y es que establecer ciertos límites es un excelente punto de partida para nuestro hijo o hija adolescente tenga un criterio de lo que le está permitido y lo que no. O lo que es lo mismo, definir los comportamientos que están bien, los que se toleran y los que bajo ningún concepto deben llegar. Con estos límites concretos tenemos la oportunidad de anticiparnos a ciertas situaciones desagradables que pudieran llegar.
Pero mucho cuidado al poner estos límites, porque la cautela es la mejor medida y los dos extremos son desaconsejables. Tanto una gran permisividad como una rigidez excesiva dan malos resultados. Así que debemos intentar hallar una vía de entendimiento y comunicación con nuestro hijo y alcanzar un término medio.
¿Cómo conseguirlo? Crea consejos de familia. Esto quiere decir que establezcáis las normas entre ambas partes. Con estas decisiones conjuntas el joven siente que su voz es escuchada y esta sensación ayuda a que acate los límites establecidos.
Una clave de la comunicación es que haya confianza total. Podemos permitirles beber, pero que sepan que no deben hacerlo sin control, que si lo hacen no cojan un coche, que pueden llamarnos a cualquier hora en caso de necesidad, etc. Una vez hayamos establecido los límites, es importante también establecer las consecuencias en caso de no respetarlos.
¿Cómo tratar estos temas? Lo mejor es que aproveches esos momentos puntuales que a veces la vida da: una película, una noticia en la tele, etc. Esos momentos espontáneos pueden ser excelentes puntos de partida. Pero trata que la discusión tenga ese mismo toque espontáneo y que no parezca un interrogatorio. Así, en un ambiente distendido, te será más sencillo saber lo que piensa sobre el tema y conocerás así sus puntos de vista.
Por último, previene también situaciones futuras mostrándole tus experiencias. Aconséjale que no debe beber rápido porque de esta manera no sentirá sus efectos hasta que sea demasiado tarde, que no debe mezclar, que no intente demostrar que es mejor bebedor que nadie, etc. Previniendo estos problemas tan comunes, administraremos mejor los riesgos.