¿Tienes dudas de si la salud auditiva de tu hijo es la adecuada? Entonces debes llevarle al médico para que le haga un examen médico, sobre todo cuando tengas dudas. Los problemas de audición pueden afectar directamente al desarrollo del menor. Por ese motivo, cuanto antes resuelvas el problema, mucho mejor.
Podemos definir hipoacusia como la imposibilidad de poder percibir algunos sonidos. Eso significa que el menor tiene problemas de audición y eso puede afectar a su desarrollo, aprendizaje y su día a día.
Lo que muchos padres no saben, es que la hipoacusia es más común en los niños de lo que parece. Por ese motivo, es vital examinar a los niños para reaccionar a tiempo.
Los médicos siempre piden a los padres que examinen el comportamiento de su bebé en los primeros meses de vida. Para ver si el mismo tiene problemas de audición, el médico les recomienda estimularlos acústicamente.
Si el bebé escucha correctamente, reaccionará ante los posibles ruidos que pueda haber a su alrededor. Como nos indican los profesionales, hay que ver si el bebé parpadea, se mueve, se despierta o comienza a llorar.
Cuando el bebé ya tiene seis meses, comenzará a buscar la fuente del estímulo moviendo la cabeza. Si el bebé busca esos ruidos, eso significa que la capacidad auditiva es la adecuada.
En el caso de que tengas dudas de que tu hijo pueda escuchar correctamente, lo mejor que puedes hacer es optar por llevar al menor al otorrino. Así se podrá comprobar si el bebé tiene problemas de audición y poner remedio al problema.
El problema viene dado en los niños que no muestran síntomas de problemas hasta los dos años. Por ese motivo, una de las labores principales de los padres es certificar que sus hijos escuchan bien. Y a la menor duda, llevarlo a un profesional.
Gracias a la ayuda de los profesionales de https://www.audifonos.es/ podemos decir que hay varios síntomas que nos muestran de manera clara la hipoacusia infantil. Algunos de los mismos son:
Teniendo en cuenta los últimos informes, se estima que uno de cada tres mil recién nacidos tienen problemas de audición. Normalmente, la causa principal de la pérdida de audición viene ligada a un factor genético, el cual se suele transmitir de padres a hijos.
Los padres a la hora de llevar al bebé a un diagnóstico siempre deben indicar el factor genético para que el profesional de audición lo pueda tener en cuenta. Recuerda, el factor genético no solo puede afectar si el padre o la madre tenía ese problema. También puede afectar si otros miembros de la familia han tenido o tienen problemas auditivos como los abuelos.
Eso sí, a pesar de que la genética puede ser vinculante, no es definitiva. Un bebé puede nacer con problemas de audición o con sordera total, incluso cuando ninguna de las familias sufre de ese problema.
Para evitar problemas, lo más recomendable es contar con un buen cribaje. Aunque en España el cribaje es obligatorio en nuestro país.
Hasta ahora hemos comentado que los antecedentes familiares pueden afectar. Pero también puede influir las infecciones intrauterinas, sífilis, herpes o incluso la rubéola.
También puede influir las malformaciones en la cabeza del menor, meningitis o incluso algunos medicamentos pueden afectar de manera directa.
Teniendo en cuenta las investigaciones de los expertos, podemos estimar que el 30% de las sorderas infantiles suelen aparecer a los dos años. Por ese motivo, es fundamental prestar mucha atención a los niños a esa edad.
Cuando un niño sufre de sordera, lo más común es que no pueda hacer una vida normal y eso se ve traducido en algunas consecuencias que pueden afectarle directamente en su día a día y desarrollo.
En cuanto el bebé es diagnosticado con hipoacusia infantil, lo mejor que se puede hacer es poner remedio al problema rápidamente. Cuanto antes se comience el remedio, más fácil será para el menor adaptarse a su nueva normalidad.
Nuestros expertos nos indican que la mejor herramienta para solucionar el problema es realizar un implante coclear. Gracias a esa herramienta, el niño podrá acceder a la recepción de sonidos y podrá darse cuenta de la realidad que le rodea. El objetivo es que pueda hacer sus actividades como el resto de los niños y ese implante es de gran ayuda. Al implante hay que sumar un tratamiento logopédico y audioprotésico.
La ventaja de los implantes es que no solo pueden escuchar la voz de las personas que le rodean, sino que también pueden escuchar el sonido ambiente que le rodea.
Eso sí, el otorrino deberá ser el encargado de decidir si realmente es un buen momento para realizar el implante o no.