Cómo puede influir la mala iluminación en la salud de los niños

Mala iluminación en la salud de los niños

Cuidar la iluminación en los espacios de los niños es fundamental para garantizar su salud a todos los niveles. En este artículo te contamos cómo puede influir la mala iluminación en la salud de los niños y cuales son todos los problemas que pueden derivarse del uso de una iluminación poco adecuada en la habitación de los niños.

Cómo afecta una mala iluminación a la salud infantil

La luz ayuda a los niños a relacionarse mejor con su entorno mediante la vista, con lo que el proceso de la visión es fundamental para el desarrollo de los pequeños y es por esto fundamental para ellos contar con una buena iluminación para crecer saludables.

Es por esto que resulta básico también que cuenten con una buena iluminación en todos los espacios que habiten, tanto en su habitación para descansar como para hacer los deberes o jugar como en el resto de áreas de la casa, en las escuelas y dónde practiquen sus actividades extra escolares o deportivas que no sean al aire libre.

Es muy importante tener en cuenta el nivel de iluminación valorando la actividad que vayan a realizar los niños en cada espacio. Por ejemplo, en su habitación en la zona de la cama bastará con la iluminación general si sólo van a utilizarla para dormir, pero si los niños van a leer en la cama se deberá añadir una luz focalizada como una lamparita de noche. En el escritorio en el que van a hacer los deberes será interesante enfocar un flexo de buena calidad para que no tengan que forzar la vista y en la zona de juegos se pueden añadir también algunas fuentes de iluminación extra como una práctica lámpara de pie.

Por otro lado la luz natural también debe aprovecharse al máximo porque resulta especialmente beneficiosa para los niños, con lo que en las horas del día en que el sol luzca bien alto será fundamental abrir las persianas y dejar que la luz entre en los espacios que habitan los pequeños.

Como nos explican los expertos en iluminación de este portal especializado, es fundamental planificar la iluminación de la habitación de los niños orientando siempre la luz de forma óptima para evitar y prevenir los problemas que puede causar la mala iluminación en la salud de los niños. Además, si en algún momento alguna luz o foco no funciona bien o está estropeada se debe cambiar tan rápido como sea posible para evitar los problemas que pueden derivarse en la salud de los niños de una mala iluminación.

Es fundamental también tener en cuenta el color de la luz porque éste puede producir diferentes reacciones positivas o negativas a nivel psicológico en los niños. Una mala iluminación puede provocar cansancio a los pequeños, puede causarles dolores de cabeza, puede provocar accidentes e incluso puede llegar a estresarles.

Los niños que pasan mucho tiempo en condiciones de iluminación malas pueden llegar a desarrollar una depresión y además esta falta de iluminación también puede provocar un gran descenso en su rendimiento escolar.

Además los cambios de luz también pueden llegar a ser peligrosos y pueden provocar accidentes y es fundamental tener en cuenta que una mala iluminación no significa únicamente que haya falta de luz sino que se trata de luz de calidad. La luz en exceso, muy brillante y llamativa también puede llegar a cansar la vista de los niños y afectar negativamente en su rendimiento y en su capacidad de concentración.

Los expertos recomiendan conseguir el equilibrio perfecto entre cantidad de luz, estabilidad y calidad de ésta. De esta forma será posible conseguir una total ausencia de parpadeo y de reflejos y evitar otros problemas como las lesiones músculo esqueléticas que pueden derivar del establecimiento de posturas adecuadas por parte de los niños en espacios poco iluminados.

Sin duda una de las enfermedades más conocidas que provoca la iluminación en la salud de los niños es el Síndrome de Fatiga Visual, que también afecta a los adultos que pasan mucho tiempo delante del ordenador.

La luz regula el organismo y por tanto la falta de ésta o una iluminación inadecuada puede provocar inflamación de los parpados, dolor en los ojos, pesadez, lágrimas, ojos rojos y alteración de la visión. Además la iluminación deficiente o en exceso también puede provocar dolores de cabeza que incluso tendrá que tratar el pediatra en los casos más graves.

La mala iluminación también provocará el agotamiento de los pequeños. En estos casos los niños se levantarán ya cansados y siempre tendrán muy poca energía, se sentirán estresados, estarán molestos siempre y a veces incluso sufrirán de insomnio.

A nivel del ánimo no podrán concentrarse, no se centrarán a la hora de hacer los deberes ni serán productivos, su atención será nula y se desanimarán con los estudios.