Para tener una buena salud muscular es muy importante contar con una buena postura en nuestro día a día, y la mayoría de la gente falla estrepitosamente en este campo. Los dolores de espalda provocados por posturas incorrectas durante nuestras largas jornadas de trabajo están a la orden del día, y lo cierto es que no es algo fácil de corregir. Ahora bien, el motivo por el cual no es fácil corregirlas es porque la postura que adquirimos es un hábito que vamos formando mientras crecemos, de ahí que sea tan importante asegurarnos de que los más pequeños cuentan con una postura correcta ya desde el principio. Encorvarse, adelantar el cuello, sentarse incorrectamente en las sillas o andar mirando al suelo son algunas de las manías que tenemos que quitarles a nuestros hijos para que puedan tener una espalda sana en el futuro, pero no es lo único que podemos hacer por ellos. La postura corporal no se centra únicamente en una parte de nuestro cuerpo, sino que se ve condicionada por muchos factores. Es de vital importancia asegurarnos de que nuestros hijos cuentan con unos zapatos adecuados, porque no pisar bien o caminar incorrectamente afectará de manear directa a la forma de su columna.
Si quieres que tus hijos crezcan fuertes y sanos, sabrás de sobra que cuidar su postura corporal es de vital importancia, y aunque te parezca inverosímil, el primer paso que debes dar en esta dirección es la visita a un podólogo. No todos los pies son iguales, y puede que tu hijo tenga un tipo de planta concreta y necesite corrección. Por ejemplo, los casos más comunes en los que el pie del niño necesita un tratamiento es cuando presentan pies planos. Los pies deben contar con un arco plantar relativamente pronunciado para que el caminar y el correr resulten más cómodos, ya que este arco favorece la amortiguación. Tener una planta plana puede repercutir negativamente en la salud del niño, de ahí que sea importante contactar con un especialista. En estos casos, la mayoría de los podólogos recomiendan el uso de plantillas, unos elementos muy sencillos y con una forma determinada que se colocan dentro de la zapatilla y permiten crear la curvatura en el pie mientras el niño va creciendo, ya que, al usarlas diariamente, el pie adapta su crecimiento a la superficie contra la que presiona de continuo.
Si tu hijo tiene pies planos, lo mejor es comprarle unas zapatillas relativamente anchas para que pueda incorporar la plantilla sin problema, ya que se trata de un elemento algo grueso que necesitará espacio, y si la plataforma de sus zapatos es demasiado elevada seguramente le resulte incómodo, adquiriendo, necesariamente, una mala postura. Las plantillas también serán necesarias si el niño presenta otro tipo de planta, como el pie cavo, en el que el arco plantar es excesivo, o el pie valgo, que es cuando el pie presenta una ligera desviación hacia uno de los lados. Este tipo de problemas son mucho más comunes de lo que pensamos, pero también son fácilmente tratables. Aun así, no hay que preocuparse únicamente por el calzado de los niños cuando padecen algunas de estas características, sino siempre y en todo momento.
Aunque tu hijo no padezca desviaciones ni rarezas (aunque comunes) en su planta del pie, está claro que son sus pies los que van a llevarle a descubrir el mundo, y tienes que asegurarte de que cuenta con el mejor calzado posible para ello. En tiendas como Coolway podrás encontrar modelos específicamente pensados para niños, con suelas diseñadas para facilitar la amortiguación y proteger sus articulaciones, con materiales flexibles que se adaptan a la forma de su pie, pero rígidos, por otra parte, para evitar desviaciones. En general, el principal objetivo de contar con un buen calzado desde que empiezan a caminar es que se sientan a gusto haciéndolo, ya que de lo contrario comenzarán a buscar posturas más artificiales para conseguir esa comodidad a la hora de moverse, y eso dará paso a malas costumbres.
Es importante que el niño cuente con refuerzo en los laterales para que pise correctamente. Es decir, aunque es bueno que el niño aprenda a caminar descalzo para reforzar los músculos del pie, hemos de ir incorporando calzado adecuado para cada etapa de su vida. Los zapatos abiertos no son los más recomendables para los niños, ya que necesitan controlar correctamente su pisada. Es también importante que sus zapatillas cuenten con una punta redondeada para que no les apriete y les deje mayor libertad, ya que, de lo contrario, se sentirán incómodos y podrían llegar incluso a sufrir fracturas.
Lo mejor que puedes hacer si tu pequeño está empezando a andar y quieres asegurarte de que le ofreces lo mejor es consultar con un especialista en este campo y preguntarles cuáles son las características que debes encontrar en un buen calzado a infantil, a fin de que tu hijo no tenga que enfrentarse más tarde a las molestias correcciones de espalda que, no cabe duda, se evitarán si no hay nada que corregir.