Una de las preguntas que se hacen muchos padres es la de sí los niños realmente necesitan usar un irrigador dental o no. Con la ayuda de una profesional te vamos a mostrar que pueden ser una buena herramienta para su higiene bucal, por lo que te invito a seguir leyendo para saber realmente por qué son recomendados.
Antes de dar respuesta, es importante que sepamos qué es y para que se usan los irrigadores dentales.
Hay que saber que el irrigador dental es el aparato a través del cual se puede limpiar de manera sencilla las zonas a las cuales el cepillo de dientes no puede llegar o no es muy efectivo. Es parecido al que usan los profesionales para ofrecernos una buena limpieza bucal.
Para conseguir esa limpieza, el irrigador usa la presión del agua como medio de limpieza, es decir, no presenta ningún riesgo para el niño que lo pueda usar. Con la presión del agua se consigue arrastrar la placa de los dientes y encías y en consecuencia se consigue disfrutar de una higiene bucal mucho mayor que con la que se consigue con un simple cepillado. Además, los expertos recuerdan que el irrigador dental también ayuda a la estimulación de las encías.
Se puede decir que sí, se recomienda que los niños usen un buen irrigador dental para disfrutar de todos sus beneficios. Eso sí, hay que dejar claro que es una opción, no es una obligación. Me explico ofrece muchos beneficios, pero no es una herramienta necesaria al 100% como lo es un buen cepillado de dientes después de cada comida.
Aunque pueda parecer mentira, la herramienta puede ser un poco complicada de usar al principio, sobre todo para los niños. Por este motivo, si les ofreces esta herramienta de limpieza, es importante que cuando la usen siempre estés a su lado para que la usen de manera adecuada.
Pero antes de usarla, es importante que el cepillado de los dientes sea el adecuado. Sin un buen cepillado, el irrigador dental no podrá realizar bien su trabajo, por lo que no se podrá conseguir los resultados esperado. Y una vez que el cepillado sea el correcto durante al menos un par de minutos, será el momento de usar el irrigador. Lo importante es conseguir que nuestros hijos puedan disfrutar de una buena limpieza bucal y con esta herramienta todo será mucho más sencillo.
Como he comentado anteriormente, el irrigador dental es un complemento de la higiene bucal, es decir, no es algo necesario y único. Sin un buen cepillado de dientes será imposible conseguir los objetivos de higiene buscados. Tenlo en cuenta porque puede que algunos niños te presenten la opción de sustituir el cepillado por el irrigador. Tienes que ser firme y decirle que sin un buen cepillado no se puede usar el irrigador dental.
Cuando los niños han disfrutado de un buen cepillado de dientes es el momento de usar el irrigador, aunque para una limpieza más profunda también puede ser una buena opción una limpieza a través del hilo dental.
Debes saber que el irrigador dental cuenta con un depósito de agua. Hay modelos con más o menos capacidad, pero normalmente los resultados son buenos. La diferencia real es la autonomía con cada carga de agua. Si no te importa rellenarlo con agua cada poco tiempo, con uno sencillo será más que suficiente. Además, si el depósito es pequeño será más fácil de manejar para el niño, gracias a que su peso será inferior.
Una vez que tienes el irrigador, es el momento de ponerlo en funcionamiento, siempre cuando ya estamos apuntando hacia la boca. Tranquilo, la presión no es fuerte, es decir, no va a hacer daño a tu hijo en ningún momento. Por supuesto, la presión se puede regular con facilidad ya que no todo el mundo tiene la misma sensibilidad dental. Personalmente te recomiendo comenzar con la más baja e ir aumentando según vaya pidiendo el niño. Lo importante es adaptar la presión a las necesidades para conseguir que el chorro pueda hacer su labor de eliminar el sarro que haya podido quedar después del cepillado. Al igual que cepillado, el irrigador se recomienda usarlo unos dos minutos para conseguir unos buenos resultados. Verás cómo después de varias sesiones la encía es más fuerte y los dientes son más blancos.
La respuesta es sí, es más, normalmente los irrigadores dentales se usan a nivel familiar.
Cuando compramos un irrigador dental, lo más común es que se incluyan varios cabezales. Cada miembro de la familia tendrá que elegir un cabezal por su color y usarlo cuando le interese. Cambiar el cabezal es muy sencillo, de aquí que esta herramienta pueda ser usada a nivel familiar.
Eso sí, cada persona tiene que usar su cabezal por higiene y para evitar un intercambio de bacterias bucales que puedan provocar infecciones en los otros miembros de la familia. Como puedes ver, el irrigador dental puede ofrecer muchos beneficios, siempre y cuando lo usemos correctamente. Y para que los niños lo usen bien, es vital que los adultos estén a su lado mientras lo usan.