Celos entre hermanos

Celos entre hermanos

Uno de los problemas que con más frecuencia se encuentran las familias con más de un hijo es el de los celos entre hermanos. Las discusiones entre ellos son frecuentes, y generalmente estos problemas vienen generados por un problema de celos entre ellos. Y lo más normal es que la base de estos problemas venga por el amor de los padres.

Si has llegado hasta este artículo es porque buscas soluciones para las discrepancias entre hermanos. ¿Las hay? ¿Cómo actuar ante estos problemas de celos fraternales? En el siguiente artículo veremos como hacer frente a esta problemática.

Una de las preguntas que quizá te hagas es cuáles son los motivos por los que estos celos han llegado. Muchas veces éstos vienen de la llegada misma del hermano menor, cuando el mayor piensa que puede perder su sitio privilegiado y se rebela contra quien considera que le quiere quitar la posición.

Otras de las dudas que nos vienen a los padres cuando hay una discusión es “¿me meto o dejo que lo solucionen entre ellos?”. Algunos de vosotros prohibís las peleas, otros seguro que mediáis si llegan, otros dejan que se solucionen solas,… ¿Cuál es la mejor actitud?

Pues la verdad es que estas disputas si sabemos dirigirlas pueden ser incluso beneficiosas. Y es que bien canalizados, los celos permiten afirmar su personalidad y ayuda a la resolución de problemas.

Pero aún no hemos respondido a la pregunta de si intervenir o no intervenir, lo sabemos. Si las riñas son constantes, lo mejor es intervenir poniendo por delante las cualidades de cada uno y evitando las comparaciones excesivas. Pero darle la razón a ambos o recompensarles con lo mismo no es la solución.

Pero en general intenta no mediar siempre que veas que la cosa no se va de las manos. Puede ser un proceso duro, pero constructivo, ya que poco a poco pueden ir aprendiendo nociones útiles como el compromiso, el reparto o la ayuda mutua.

Y, ¿qué hacer para prevenirlos? Pues intentar compartir el mismo tiempo con ambos y mostrar interés por las aficiones de todos ellos, aunque unas sean más afines a nosotros que otras. Y es que es normal que cada niño tenga una personalidad diferente y diversos gustos, pero de nosotros depende encontrar el equilibrio justo.

Y mucho cuidado con la aparición de la violencia. Cuando esta actitud aparece sí que hay que intervenir y tratar de acercar posturas. Lo mismo si vemos que uno de ellos se aísla y evita el contacto. En estos casos, trata de reafirmar su espacio dentro del núcleo familiar.