Consejos básicos para evitar accidentes infantiles en los baños

Consejos básicos para evitar accidentes infantiles en los baños

Cuando crecemos solemos olvidarnos de lo frágiles que éramos cuando éramos pequeños. Estamos tan habitados al mundo en el que ya hemos crecido y en el que nos hemos desarrollado que a veces cuesta pensar que hay quien no lo está. Algunas de las actividades más cotidianas e incluso aburridas para nosotros, puede convertirse en un juego o incluso en un riesgo para otros, y esto es algo de lo que nos damos cuenta especialmente cuando tenemos niños. Los niños son algunos de los seres más frágiles del planeta, y hasta que no comienzan a desenvolverse con más soltura en el mundo en el que les ha tocado vivir, es nuestra labor protegerles de peligros a los que nosotros ya no nos exponemos tanto por conocimiento, como por tamaño. Está claro que no todo en esta vida va a suponer un riesgo grave para nuestros hijos, pero lo cierto es que hasta las cosas más nimias pueden acabar en desastre si no nos cuidamos, ya que son pequeños exploradores y no es de extrañar que muchas veces exploren como no deben.

Incluso para los adultos, el cuarto de baño puede suponer un riesgo de vez en cuando. De hecho, existen muchos productos para ampliar nuestra propia seguridad mientras los usamos, como para no suponer un riesgo para los más pequeños de la casa. Aunque por norma general no tiene por qué pasar nada, no es difícil coincidir en que el baño es una de las zonas de la casa en las que más riesgo puede correr un niño, justo por detrás de la cocina. El baño es esa zona en la que más vulnerables nos sentimos, incluso los adultos, y hay elementos con los que ciertamente hay que tener cuidado, ya que el agua es la gran protagonista de ese espacio, pero le sigue muy de cerca la electricidad, de ahí que sea preciso ser cautelosos.

He preparado una serie de consejos bastante básicos para asegurarnos de que nuestros hijos están a salvo en el baño, evitando accidentes infantiles, basándome en algunos de los consejos que he leído en FontanerosMadrid.page. Son muy fáciles de seguir, y no cuesta nada reforzar un poco la seguridad de los más vulnerables de la casa.

Consejos para proteger a nuestros hijos en el baño

Una de las primeras cosas que hacemos los padres primerizos cuando vamos a tener un niño es instalar un sistema de seguridad infantil en toda la casa. Cajones que no pueden abrirse, barreras de seguridad para las escaleras, o elementos peligrosos colocados a mayor altura para que las criaturas no lleguen. Toda precaución es poca, y lo primero es asegurarnos de que nuestro baño también está equipado para garantizar la seguridad de nuestros hijos. El sistema de seguridad en los armarios del baño es muy importante para que el pequeño no pueda acceder por cuenta propia a productos químicos o electrónicos como el secador, protegiéndole así de explorar cosas que pueden ponerle en riesgo. Del mismo modo, la tapa del váter también es recomendable tenerla asegurada mediante ese mismo sistema, para que no pueda abrirla por su cuenta, y crear un método de inaccesibilidad a los grifos.

Todo esto es bastante técnico, pero también bastante básico. Es necesario instalar un sistema de seguridad para asegurarnos de que no hacen nada peligroso el segundo y medio del día en el que les quitamos los ojos de encima. Lo más recomendable, evidentemente, es estar presente siempre que estén en el baño, porque podremos vigilar que no acceden a nada peligroso, pero teniendo en cuenta que no somos omnipresentes, lo más inteligente es contar con un método que te garantice su seguridad, aunque tú no estés presente.

Mantener la puerta del baño cerrada es también de vital importancia. Los niños pequeños no pueden llegar al pomo, por lo que no pueden acceder, y es la manera más sencilla de tenerles alejados de esa habitación.

Es también importante tener mucha precaución con lo que dejamos en medio. Cuando tenemos un niño, las precauciones que tomamos deben multiplicarse. Por ejemplo, si hemos utilizado el secador, debemos guardarlo en cuanto terminemos, porque si no podrían dar con él y acabar o bien electrocutándose o bien quemándose, en el peor de los escenarios. Mantener el suelo limpio y seco es también un método infalible para evitar que se resbalen si entran corriendo, cosa que suelen hacer todo el día, y no poner alfombrillas más que cuando se estén duchando o bañando para evitar que resbalen con ellas.

Como puedes ver, son consejos muy sencillos en los que prácticamente no tienes que hacer nada más que tener en mente la seguridad de los más pequeños de la casa. Exceptuando la instalación de un sistema de seguridad infantil, que sí suele recurrir dedicar más tiempo o incluso contratar a un experto, todo lo demás son gestos tan fáciles como cerrar la puerta o guardar los artículos de baño al terminar de utilizarlos. Proteger a nuestros hijos de los problemas más cotidianos no es nada complicado, pero es también importante no perder la calma en caso de que algo suceda. Al fin y al cabo, son niños, y las experiencias son lo que caracteriza la vida.